Uno de los principales desafíos es la obesidad, que afecta a más de la mitad de la población adulta en México.

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Aunque México es un país productor de alimentos, muchas personas no tienen acceso a una dieta adecuada debido a la falta de recursos económicos y a la falta de acceso a alimentos frescos y nutritivos en algunas zonas del país, asienta el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

 

El informe –elaborado en conjunto por el FIDA, la OMS, el PMA y UNICEF– destaca que el país ha logrado importantes avances en la reducción de la pobreza y la desnutrición en las últimas décadas. Sin embargo, aún existen desafíos que enfrentar en materia de seguridad alimentaria y nutrición.

 

Uno de los principales desafíos es la obesidad, que afecta a más de la mitad de la población adulta en México. La mala alimentación y el sedentarismo son las principales causas de este problema, que tiene consecuencias para la salud de la población. Otro desafío importante es la desigualdad en el acceso a alimentos saludables y nutritivos.

 

Según la FAO, cerca de 35 millones de personas en México padecían inseguridad alimentaria de moderada a grave hasta el año 2022. Esta cifra representa un crecimiento de más de 13 millones de personas en los últimos seis años, lo que significa un aumento de 4.2 millones desde 2016.

 

La inseguridad alimentaria severa se define como la falta recurrente de comida durante el año, llegando incluso a pasar un día entero o más sin comer. Estas cifras revelan la necesidad urgente de abordar este problema en México y garantizar que todas las personas tengan acceso a una alimentación adecuada y suficiente.

 

A nivel global, el informe destaca que alrededor de 735 millones de personas padecieron hambre en 2022, lo cual representa un aumento de 122 millones de personas desde 2019. Este incremento se atribuye en parte a la pandemia y a las perturbaciones relacionadas con el clima y los conflictos en diferentes regiones del mundo.

 

Aunque se observaron avances en la reducción del hambre en Asia y América Latina durante 2022, aún existen numerosos lugares que enfrentan crisis alimentarias cada vez más graves.

 

África continúa siendo la región más afectada, ya que una de cada cinco personas se enfrenta al hambre, más del doble del promedio mundial. Además, alrededor de 29.6% de la población mundial (aproximadamente 2 mil 400 millones de personas) no tiene acceso constante a los alimentos, experimentando inseguridad alimentaria moderada o grave. De estas personas, cerca de 900 millones se encuentran en situación de inseguridad alimentaria grave.

 

El informe de la ONU destaca la necesidad de redoblar los esfuerzos para transformar los sistemas agroalimentarios y alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible de Hambre Cero para 2030. Sin embargo, advierte que cumplir esta meta representa un “desafío abrumador”, especialmente considerando los factores como la urbanización creciente y las crisis y perturbaciones que causan inseguridad alimentaria, desde conflictos hasta el cambio climático.

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